El Rito

 

Rito Francés o Moderno.

El Rito Francés nos recuerda que la Masonería es un proyecto enciclopédico, simbólico, iniciático, humanista y universalista, y que nada de lo que es humano le puede ser ajeno.

La Masonería operativa medieval utilizaba rituales: el saludo al maestro de obra, la oración matinal, la encomienda al santo patrón del gremio, la forma de transmisión de claves secretas que acreditaban la pertenencia al grupo, los actos de reconocimiento de la capacitación laboral, la codificación de señales que delimitaban las diferentes etapas de la jornada, … Todo ello formaba parte de la cotidianeidad y, en mayor o menor medida, fomentaba la predisposición y la renovación diaria del compromiso laboral. Cualquier ceremonia de la Masonería actual también está sujeta a un ritual y su ejecución estructura externa y formalmente el acto a la vez que facilita la introspección de los asistentes.

Cuando una logia se reúne lo hace bajo un ritual, convirtiéndose en un perfecto foro de debate, llevado con el máximo respeto y tolerancia hacia las opiniones que en él se expresan y sobre las que la logia no emite criterio alguno, ni norma de interpretación, ni conclusiones. Se trata simplemente de mantener, a través de unos símbolos y una determinada manera de hacer, los valores de libertad, igualdad, fraternidad, respeto y tolerancia.

El ponente elige el tema a debatir que le habrá sido solicitado con suficiente antelación. Una vez finalizada la exposición, los asistentes pueden solicitar la palabra a fin de aportar su punto de vista. Cuando se han acabado las intervenciones se cierra el tema sin más. Las conclusiones son completamente libres y personales.

Asistir a una reunión masónica equivale a participar en un acto constructivo en el cual el trabajo está sujeto a un método y a un ritual sin que exista un plan preestablecido dado que lo que se pretende es activar la reflexión individual.

En la logia Icaria trabajamos en el denominado Rito Francés o Moderno. Si tuviésemos que definir cuál es la especificidad de este rito, diríamos que es, precisamente, el no tener ninguna. Con ello queremos decir que los otros ritos que se practican en la Masonería han sido influidos, tanto en su gestación como durante su evolución, por factores extra masónicos que les han dado su especificidad, mientras que el Rito Francés no ha sufrido influencia alguna. Es, por así decirlo, masonería en estado químicamente puro.

Con estas palabras no intentamos legitimar una supuesta superioridad del Rito Francés respecto a los demás sino, simplemente, constatar aquello que permite dar la respuesta justa a la cuestión de la especificidad del rito.

Lo que actualmente conocemos como Rito Francés o Moderno ha pasado por diversas transformaciones desde su fundación hasta ahora, oscilando entre continuidad y cambio, tradición y reforma. Las diferencias respecto a otros ritos son los tres pilares filosóficos que lo sustentan:

N

La libertad absoluta de conciencia y la defensa de la laicidad.

N

La defensa de los valores republicanos y de la democracia.

N

La construcción del templo exterior.

Libertad absoluta de conciencia y laicidad

Desde sus orígenes, la Masonería se constituyó como un proyecto universalista para “Unir lo que está disperso” y para ser el “Centro de unión” entre persones de procedencias, ideas y concepciones filosóficas diversas que, sin ella, nunca hubieran llegado a conocerse.

Así pues, podemos decir que la Francmasonería es una institución que no se adscribe a ninguna cultura, religión o ideología política concretas, aunque su visión integral del ser humano, sus valores y principios y su concepción universalista definen una clara orientación ética y una actitud vital comunes a todos sus miembros.

Esto es la laicidad, entendida como un principio de organización de la vida humana que aspira a la consecución de la libertad basada en la autonomía de los seres humanos y la igualdad entre todos por encima de las diferencias contingentes que nos puedan separar.

A partir de 1877, el Gran Oriente de Francia decide suprimir de sus trabajos la fórmula que obligaba a consagrar los trabajos “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo”. Ello constituye una manifestación institucional en defensa, sin restricciones, de la absoluta libertad de conciencia de sus miembros que son libres tanto para creer en lo que decidan libremente, como para no creer en nada.

Así se proclama que: “La Masonería tiene por principio la absoluta libertad de conciencia y la solidaridad humana. No excluye a nadie por razón de su credo”. A partir de ese momento, el Rito Francés se distinguirá de los demás ritos por su concepción laica e inclusiva.

Defensa de los valores republicanos y de la democracia

El Rito Francés se basa en una concepción democrática y republicana del poder y del gobierno tal como se manifiesta en las elecciones de sus oficiales y autoridades, así como en la revocabilidad de sus mandatos. Desde 1775, el Gran Oriente de Francia imprimió una circular que sostenía que “La ley es la voluntad de la mayoría«.

La construcción del templo exterior

El Rito Francés va un paso por delante de la acción filantrópica de la Masonería porque su pretensión es la de contribuir a la consecución de los ideales de libertad, igualdad y fraternidad no sólo dentro de los templos masónicos sino también fuera de ellos, proyectando la luz de la Masonería en la construcción del templo de la Humanidad.

El perfeccionamiento individual es uno de los principales trabajos de cada francmasón, pero el Rito Francés considera que no es posible realizar esta obra de manera íntegra y plena, si no va acompañada de una preocupación activa por el progreso de la Humanidad y del cumplimiento de sus compromisos cívicos hacia la comunidad.

A pesar de todo, la Masonería no es ni pretende ser calificada como una “institución de acción directa”, dado que su método busca el desarrollo positivo de la sociedad, fomentando el conocimiento mediante la razón y la ejemplaridad en la actuación de los masones en su propio círculo social, profesional y familiar.