Tópicos y mitos

En esta página, pretendemos clarificar algunos tópicos en relación a la Masonería, muy repetidos en el imaginario colectivo, que desvirtúan la realidad de la Orden Masónica.

Le proponemos que se dirija a un buscador de Internet donde verá que la palabra “masonería” le ofrece una gran cantidad de entradas, muchas de ellas redactadas por instituciones masónicas o por miembros de la Masonería en las que se explican la historia, el patrimonio simbólico, los ritos, el método, la intencionalidad de la Orden Masónica.

En las estanterías de las librerías es posible encontrar un buen número de libros sobre el tema, desde best sellers hasta obras más minoritarias, desde doctos tratados hasta libros poco documentados, sin excluir a los que dan una visión exagerada tanto en uno como en otro sentido.

El secretismo

 

.

Ampliar +

Le invitamos a consultar el diccionario de la Real Academia Española en cualquiera de sus ediciones y buscar la palabra “masonería”. Allí observará que la definición empieza diciendo “Sociedad secreta internacional”…. Lo mismo ocurre con otros diccionarios o enciclopedias, contribuyendo enormemente a la divulgación generalizada del secretismo como una característica asociada a la Orden Masónica.

Las hemerotecas de prácticamente todos los países democráticos, contienen innumerables entrevistas realizadas a miembros concretos de la Masonería en las que se habla de ella.

Diversas instituciones masónicas han manifestado públicamente su conformidad o desacuerdo respecto a lo que consideran beneficioso en el ámbito civil y ciudadano. Divulgan sus ideales desde sus locales de reunión, propios o ajenos, así como desde diferentes medios de comunicación y organizan conferencias dirigidas al público en general invitando a ponentes no masones de diferentes ámbitos culturales, políticos y sociales.

Las instituciones masónicas están legitimadas en documentos oficiales y también aparecen en listados telefónicos, Internet y en las guías más diversas, pero su proyección exterior radica básicamente en la actuación de los masones en la sociedad, a nivel individual, aplicando a su vida como ciudadanos los valores desarrollados en las logias.

La discreción de la que hacen gala los masones se refiere al sigilo respecto a los aspectos formales como, por ejemplo, los asuntos tratados en las reuniones, la filiación de terceros o los elementos y rituales que están en la esencia del método masónico, aunque hayan sido publicados e interpretados por numerosos autores en infinidad de publicaciones.

El tantas veces criticado secreto masónico, no existe como tal. En todo caso, el secreto está en el perfeccionamiento personal que cualquier masón va experimentando en sí mismo, fruto del aprendizaje que va adquiriendo a lo largo de su vida masónica, que es de naturaleza vivencial, individual e íntima y, por lo tanto, intransferible.

El poder político y económico

 

.

Ampliar +

Las diferentes posturas en relación a la Masonería han utilizado una variada gama de argumentos para desacreditarla; desde los graciosos hasta los lamentables y desde los más simples a los extremadamente complejos; mientras algunos han sido hábilmente razonados otros hacen gala de una gran torpeza.

Aunque algunos avances sociales son indisociables de la Masonería, no deben ser identificados como exclusiva obra suya. La Orden Masónica podría compararse a una escuela, un centro de formación continuada que da a sus participantes la doble función de docentes y de alumnos.

No existen libros de texto, ni profesores, ni consignas, ni evaluación, ni titulaciones; su guía son los valores positivos inscritos en sus símbolos. El aprendizaje tiene su origen en el debate, en la expresión de dudas, de preguntas, en el conocimiento, la experiencia, la reflexión y en la práctica del ritual. Su asimilación revertirá en cada cual ampliando sus puntos de vista, modificando sus conceptos y enriqueciendo su sensibilidad de una manera vivencial.

Pondremos un ejemplo fácil: Joaquín Sorolla, siendo ya un pintor de cierta fama, fue iniciado en la Orden. La Masonería no le enseñó a pintar ni corrigió sus trazos pero, posiblemente, potenció su sensibilidad a la luz, el movimiento y la cultura popular que supo plasmar en sus lienzos con genialidad y maestría. Su obra no es de la Masonería ni tan solo es masónica; es del artista porque nace de su sensibilidad y circunstancias para goce de la Humanidad.

Las mismas conclusiones pueden aplicarse a una larga lista de masones como, por ejemplo: Tomás Bretón, autor de La Verbena de la Paloma; a Narcís Monturiol, inventor del Ictíneo; a Santiago Ramón y Cajal, modelo de tenacidad y creador de la denominada Doctrina de la neurona; a Clara Campoamor, defensora de los derechos de la mujer y del sufragio universal. Personas insignes en el mundo profano han pertenecido a nuestra orden pero cuando pidieron entrar en la Masonería seguramente fue porque consideraron que la Masonería y su método contribuirían a potenciar su sensibilidad y a ponerla al servicio de la Humanidad y no para revestirse de las virtudes y capacidades que les hicieron famosas. Sus obras no fueron masónicas ni de la Masonería sino fruto de su trabajo y que decidieron compartir con otras el camino iniciático de la Masonería.

Tanto en la Declaración de Independencia de los EEUU (1776), como en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), en la fundación de la Cruz Roja Internacional (1863), en la creación de la Escuela Moderna de Ferrer i Guardia (1901), en las Constituciones de las 1ª y la 2ª Repúblicas españolas, en la creación de la Unesco (1945), en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y un largo etcétera, han estado presentes el método y los ideales de la Masonería que han impulsado a sus autores; para ellos todo nuestro reconocimiento y homenaje.

En cuanto al poder económico de la Masonería, si quien lee este escrito piensa que lo encontrará llamando a nuestra puerta, le sugerimos que no pierda el tiempo pues se equivoca de lleno en sus pretensiones. En una logia hay personas de diversas procedencias y estatus económico o social y de las que, en igualdad, depende el sostenimiento de los locales de reunión y los gastos que se generan.

La Masonería no posee carteras de valores, ni mueve los hilos de la economía mundial, ni recibe o reclama subvención alguna. Esta realidad está muy alejada de lo que aseguran algunos medios de comunicación. Existe la posibilidad de recibir donaciones que se destinan, íntegramente, a beneficencia.

L

El anticlericalismo

 

 

Ampliar +

La Masonería actual se institucionalizó en 1717 al federarse cuatro logias de Londres. Algunas células del clero protestante de la época fueron las que formularon las primeras condenas a la Orden.

Cuando ésta contaba con 21 años de existencia llegó la primera condena de la Iglesia católica mediante la bula “In Eminenti Apostolatus Specula” del papa Clemente XII. Desde entonces han ocupado el trono papal 20 pontífices, 12 de los cuales se han pronunciado pública y documentalmente contra la Masonería.

La Masonería siempre ha sido vista con cierto recelo por parte del Islam, pero sin llegar a pronunciarse en su contra, hasta que en 1978 el Colegio de Jurisdicción Islámica emitió un documento en el que enunciaba 10 puntos que la desacreditaban y que se resumían en el siguiente decreto: “Dado que la Masonería se involucra en actividades peligrosas y tiene objetivos malvados, el Sínodo Jurisdiccional determina que la Masonería es una organización peligrosa y destructiva. Cualquier musulmán que se afilie a ella, conociendo sus verdaderos objetivos, es un infiel al Islam”.

En un principio la Masonería adoptó una postura deísta a causa de las luchas motivadas por el concepto de única religión verdadera que había desangrado Europa y las colonias durante gran parte del siglo XVII; gradualmente un sector de la Orden Masónica fue progresando hacia un concepto más amplio, adogmático y universalista, al posicionarse en la defensa de la total libertad de credo religioso, incluyendo el no tener ninguno. Este fue el inicio de lo que hoy llamamos masonería liberal.

El ideario de la masonería liberal está basado en los valores de igualdad, libertad de pensamiento, de conciencia y de expresión; rechaza el dogmatismo, el fanatismo y la superstición; se posiciona en defensa de la democracia, del consenso y del laicismo del Estado. Sin duda estas posturas son críticas hacia las habituales pretensiones y exigencias de las jerarquías religiosas, pero ello no implica anticlericalismo, sólo representa oposición ideológica a determinados métodos y privilegios.

El poder político del clero, en algunos lugares y épocas, ha reprimido la Masonería mediante la ilegalización, el acoso, la degradación, la expropiación, la reclusión, la tortura y la pena de muerte. A lo largo de la Historia y, en épocas recientes durante los 40 años de la dictadura franquista, España ha sido un claro ejemplo de ello.

Es probable que algunos miembros de la Masonería alberguen sentimientos anticlericales a título individual, pero el antimasonismo clerical ha sido históricamente palpable y pertinaz. La realidad es que entre nosotros pueden encontrarse creyentes, agnósticos, ateos e incluso ministros de confesiones religiosas, porque no marginamos ni excluimos a nadie a causa de sus creencias. Consideramos que forman parte de la privacidad de cada persona y que nos ampara el principio de la más absoluta libertad de conciencia en el marco del estricto respeto a les creencias y puntos de vista de los demás.

/

La mixticidad

 

.

Ampliar +

A pesar que la Masonería liberal viene realizando un amplio esfuerzo para darse a conocer, los masones lamentamos oír repetidamente expresiones como: “¡Ah! ¿Pero ustedes admiten mujeres?”. Se trata de una muestra del desconocimiento histórico y actual sobre la Orden. Hoy, la respuesta se concreta con un “Sí… pero no siempre ha sido así…”

Es bien sabido que la mujer ha tenido que luchar, y en ocasiones muy duramente, por obtener y equiparar sus derechos a los conseguidos por el hombre; por ejemplo el derecho a la propiedad, a recibir y a impartir enseñanza superior, al sufragio, a la actuación política, a la igualdad en responsabilidades y en remuneración laboral, etc.

La primera normativa masónica es la denominada “Constituciones de Anderson” (1723), en la que se interpreta que, para ser admitido en la Masonería, es preciso ser “Un hombre libre y de buenas costumbres”. Aunque en la época en que se redactó era habitual que la mujer estuviera excluida de muchas actividades por no estar totalmente emancipada a nivel económico, social o político, es posible que, además, la Masonería estuviese lastrada por visiones masculinizadas, dada la condición de clérigos de sus primeros legisladores.

Aunque no existe ningún tipo de documentación ni actas al respecto, es muy probable que se produjera una temprana reivindicación femenina cuya consecuencia fuera que la única Confederación Masónica francesa de esa época (la Gran Logia de Francia) plantease, en 1744, la posibilidad de crear una Masonería para damas y que finalmente se instituyó aunque con poco éxito y de corta duración.

Escindida de la Gran Logia de Francia a causa de su disconformidad con la exigencia de creer en Dios para acceder a la Masonería, nace en 1773 la Confederación Masónica del Gran Oriente de Francia, con la que empezó la Masonería liberal o adogmática, que pronto retomó la idea de estructurar una masonería para damas instituyendo, en 1774, lo que se conoce como “Masonería de adopción”, consistente en logias integradas por mujeres pero bajo la presidencia y supervisión de miembros de una logia masculina. Esta forma de Masonería está aún en vigor en ciertos países aunque no en España.

Aunque este sistema de “adopción” ofrecía a la mujer la posibilidad de pertenecer a la Masonería, tanto mujeres como hombres así como logias en pleno lo denunciaron en base a la desigualdad que suponía. Ante las dificultades por variar antiguas tradiciones y viejas normas, algunos optaron por obviarlas iniciando a mujeres en logias masculinas y en régimen de igualdad con el resto de miembros.

Entre otras puede citarse a Flora Tristán (1830), escritora y activista en favor de los derechos femeninos, la defensa de los obreros y la abolición de la pena de muerte; Madame de Xaintrailles (1837, iniciada en la logia Les Artistes de París; Marie Deraismes (1882), escritora y militante en favor de los derechos de la mujer, iniciada por la logia Les Libres Penseurs en las cercanías de París.

En 1893, Marie Deraismes y Georges Martin fundaron la Gran Logia del Derecho Humano que dio origen a la Orden Internacional Mixta del Derecho Humano, confederación masónica que en la actualidad posee logias en los cinco continentes.

La actual masonería liberal española está integrada por diversas federaciones que reconocen la absoluta igualdad entre los masones, sean éstos hombres o mujeres.